Se publicó “Punta Lara”, el nuevo libro del fotógrafo Ataúlfo Pérez Aznar

 

Recopila el trabajo de más de treinta años dedicado al ocio de las clases populares en la costa de Ensenada, un tema históricamente relegado del imaginario visual nacional.   

No es fácil observar por primera vez. Aquello que hace instantes excedía el horizonte de lo visible, incomoda a la mirada, a la vez que la captura con la fascinación que despierta lo desconocido. Súbitamente, lo nuevo exige cambiar la postura, cerrar los ojos y volverlos a abrir, a veces, incluso, pedir ayuda. 

Algo de todo ésto es lo que generan las fotografías del libro “Punta Lara”, la más reciente publicación del reconocido artista platense Ataulfo Pérez Aznar que reúne el trabajo de más de treinta años dedicado al ocio de las clases populares en esta playa bonaerense bañada por las aguas turbias del Río de La Plata.

Editado por el Centro de Fotografía Contemporánea (CFC), con prólogos de los artistas Marcos López y Ana Julia Sorgentini, el nuevo libro de Pérez Aznar compila una serie de 116 fotografías que el artista tomó, desde 1982 hasta 2012, en la costa de Ensenada, alejada de los balnearios del sur y habitada por sus propias historias del descanso. En ellas, presenta una forma de reposo excluida del imaginario visual nacional con el objetivo de, según afirma, “registrar la diversidad de la región”, un eje rector de toda su obra.

“La Argentina es un territorio muy vasto donde, sin embargo, casi siempre está normalizada la mirada porteña. Si algo tiene de fascinante la vida, es la diversidad. Así yo vivo la fotografía. Todos somos distintos, sentimos distinto. Por lo tanto es imposible que se agoten los temas fotográficos”, dice Pérez Aznar que, a lo largo de las páginas de su libro, descubre autos, motos, camiones o colectivos abiertos como carpas sobre la costa, familias vestidas dentro de la corriente del río o bajo el sol de la Diagonal 74, parejas de trampa al resguardo de la naturaleza agreste y niños en plena doma del oleaje.

El uso del tiempo libre, como expresión de la identidad bonaerense, interesó al artista desde los inicios de su carrera. En 1988, dedicó su primer trabajo fotográfico en el país al veraneo de la clase media en Mar del Plata. Si hasta entonces La Feliz había sido construida visualmente como el paraíso del descanso, Pérez Aznar presentó en “Mar del Plata ¿Infierno o paraíso?” las fotografías de una ciudad habitada, sufrida y gozada en partes desiguales.

“Yo empecé con Mar del Plata, donde indudablemente vacaciona la clase media. Después, ví en Punta Lara la posibilidad de tratar los sectores más populares que se acercaban todos los fines de semana desde distintos puntos de la provincia. Así, busqué trabajar una parte de la cultura bonaerense, un tema con el que siempre estuve involucrado. Se trata de una mirada histórica sobre un espacio, más allá de cualquier coyuntura política”, cuenta el fotógrafo, que expuso por primera vez cuarenta de estas imágenes en 2006, en la Fotogalería Omega de La Plata.

Pero entre la serie de Mar del Plata y la de Punta Lara hay un abismo que excede a la mera diferencia territorial. A diferencia de este primer trabajo, premiado y reconocido alrededor del mundo, las fotografías que Pérez Aznar registró en la costa de Ensenada no ofrecen una contra-imagen, un nuevo imaginario sobre lo ya visto, sino que brindan un primer abordaje en profundidad sobre una temática relegada en la historia de la fotografía argentina.

Si en sus fotografías de Mar del Plata se observa el “veraneo” de la clase media, en la muestra dedicada a Punta Lara solo es posible hablar de “ocio”, de un descanso ganado al trabajo y tensionado por el rigor del tiempo. En el blanco y negro punzante que caracteriza a gran parte de su obra, de amplios contrastes y grano corrosivo, el artista presenta a decenas de bonaerenses que, a lo largo de los años, se acercaron a la playa de Ensenada para disfrutar por un día del esparcimiento que llenó de vida a sus dias venideros.

Es en el juego de miradas furtivas que se establece entre el fotógrafo y los retratados donde, fundamentalmente, se habilita esta basculación temporal entre la vívida intensidad de Punta Lara y el fuera de campo imaginado del árduo trabajo. Ésta también está presente en los distintos medios de transporte que se abren como carpas sobre la aridez de la costa, solo para recordar que el descanso es circunstancial.

Si las turbias aguas del Río de La Plata son suficientes para equilibrar aquello que se deposita en las miradas de los retratados, para “compensar” la semana que se imagina en su fuera de campo, es una pregunta que dice más del espectador de las imágenes que de las imágenes en sí. De este conjunto de deseos y aspiraciones que llevan al observador primerizo a confundirse, entre pestañeos, con el observado.

En “Punta Lara” no hay optimismo ni pesimismo, entradas o salidas. Solo 116 fotografías dedicadas a registrar la elección, a contracorriente de las aguas turbias del Río de La Plata, del descanso.

El nuevo fotolibro de Pérez Aznar está disponible en las redes sociales del CFC

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