“Brothers in Arms”: la consagración definitiva de Dire Straits
En 1985, Dire Straits lanzó Brothers in Arms, un álbum que no solo marcó un antes y un después para la banda, sino también para la industria musical.
Venían de Love Over Gold, un disco sofisticado, melancólico y desafiante para los estándares de la radio. La canción de apertura, “Telegraph Road”, duraba más de 14 minutos. Pero ese riesgo artístico sentó las bases para lo que vendría: un sonido depurado, elegante y emocional que encontraría su versión más popular y expansiva en Brothers in Arms.
El disco se grabó en los estudios AIR de la isla de Montserrat, un entorno paradisíaco que contrastó con algunas tensiones técnicas. El productor Neil Dorfsman recordó que el lugar era hermoso pero limitado en términos acústicos. Con mantas, bafles y micrófonos, improvisaron lo que pudieron. Lo que realmente salvó las grabaciones fue la consola Neve del estudio: todo lo que pasaba por ahí sonaba increíble.
Sin embargo, no todo fluyó. El baterista original, Terry Williams, fue apartado de las sesiones. Su estilo no convencía a Dorfsman ni a Knopfler. La energía se había apagado. La solución llegó con Omar Hakim, entonces baterista de Sting, que en solo dos días regrabó casi todas las pistas de batería del disco. Su estilo directo, preciso y potente le dio nueva vida a las canciones. Como dijo Dorfsman: “Fue una patada en el culo. Justo lo que necesitábamos”.
El disco incluye temas sutiles y melódicos como “Your Latest Trick” o “Why Worry”, pero también tiene bombas radiales como “Walk of Life” y, claro, “Money for Nothing”, el single más exitoso de la banda. Ese tema, escrito a partir de lo que Knopfler escuchó decir a un trabajador en una tienda de electrodomésticos frente a una pared de televisores con MTV, se volvió un ícono gracias a su video animado, a la línea “I want my MTV” cantada por Sting —con la melodía de “Don’t Stand So Close to Me”— y a una guitarra inolvidable. Fue, además, la primera canción transmitida en MTV Europa.
La otra gran sorpresa fue “Walk of Life”. Casi queda fuera del álbum, pero la banda votó a favor de incluirla, contra la opinión del productor. El tiempo les dio la razón: fue un hit en todo el mundo.
En el otro extremo del disco están las canciones que abordan la guerra. “Ride Across the River”, “The Man’s Too Strong” y la conmovedora “Brothers in Arms”, escrita en plena Guerra de Malvinas, hablan del sinsentido del conflicto armado desde una mirada poética y reflexiva.
Estas piezas mostraban que Dire Straits podía ser masivo sin renunciar a la profundidad.
El impacto comercial fue histórico. Brothers in Arms fue uno de los primeros discos pensados para el nuevo formato digital y el primero en vender más de un millón de CDs, superando incluso a sus ventas en vinilo. Era un disco que sonaba limpio, moderno, y que conectó con públicos muy distintos. Se convirtió en uno de los álbumes más vendidos de todos los tiempos.
Y sin embargo, el propio Mark Knopfler siempre sintió cierta incomodidad con ese nivel de fama. Dijo alguna vez que el éxito fue tan grande que pensó en dejar de usar el nombre Dire Straits. “Olvidé por un tiempo lo importante que es Dire Straits, especialmente para los demás”, confesó.
En el fondo, para él todo seguía girando en torno a la música. Lo explicó mejor que nadie con una frase inolvidable: “Una canción como ‘Sultans of Swing’ ya no me pertenece. Tiene vida propia. Sería una gran falta de gracia no dejarla vivir”.
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